Tu Deseo

"Pon tu delicia en el SEÑOR, y El te dará las peticiones de tu corazón." (Salmo 37:4)

Otra traducción de este versículo dice, "Deléitate en el SEÑOR, y El te concederá los deseos de tu corazón." Que bonita promesa, que cuando nuestra delicia está en el Señor, nos da nuestros deseos. Pero hay que ver algo aquí, algo que va mucho más allá de simplemente ver la manifestación de nuestro deseo. Está diciendo que cuando nos deleitamos en el Señor, él pone los deseos en nuestro corazón. ¡Nos da el deseo de tener algo! Y luego nos lo concede. Aun antes de recibir lo que deseas, Dios ya puso en tu corazón las ganas de desear tal cosa.

Cuando yo estaba en la universidad, rentaba una casa. Cada mes, al pagar la renta, pensé, "Adiós, dinero." Al fin de mes no tenía nada tangible por mi gasto. Así que pensé en comprar algo mío, pero una casa costaba mucho dinero. Tenía la idea de comprar una casa rodante. Siempre me ha gustado viajar. Y quería comprar una que fuera grandecita y en buenas condiciones. Me puse a buscar una y al fin encontré una que era más grande, más nueva y con más cosas de lo que me había imaginado. Eché números y descubrí que la mensualidad sería igual o menos que la renta para una casa mediana. Dios puso todos los medios en cuanto a un préstamo, seguro, dónde estacionarlo, etc. Pasé un año y medio viviendo en esa casa rodante. Llevé a mis padres a acampar en el bosque. La presté a unos amigos para unas vacaciones. Fui a unos rodeos con ella. Cuando la vendí, ¡me pagaron $2,600 dólares más de lo que me costó! Realmente no me costó nada para hospedarme durante un año y medio. Yo estaba tan contento y animado al ver cómo me bendijo Dios y por lo que había aprendido de la experiencia, que le di una ofrenda de la gran parte de ese dinero. Y con lo que restó, me fui a los rodeos por unos dos meses.

Tu deseo es importante para Dios. Lo puso en ti porque quiere cumplir su voluntad aquí en este mundo. En Juan 15:7 Jesús nos dice, "Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan todo lo que quieran, y les será hecho." ¡Híjole! ¿Te fijaste en esa palabra todo? ¡Todo lo que tú quieras y te será hecho! Y ¿viste que si permaneces en él y su palabra en ti, que te ordena pedir? Claro que hay una condición: que permanezcas en él y su palabra permanezca en ti. Pero esto habla acerca de conocerle y tener una relación con él. No es nada difícil. Realmente es un placer.

Proverbios 13:12 dice, "...El deseo cumplido es árbol de vida." Cuando tu deseo se cumple, se convierte en un árbol de vida. Tú y toda la gente a tu alrededor pueden estirar la mano, comer del fruto de ese árbol ¡y vivir!

Todo el propósito de Dios en cuanto a nosotros es darnos vida eterna. Jesús dijo en Juan 12:50, "Y sé que su mandamiento es vida eterna." El Padre envió a Jesús con una orden y todo lo que Jesús dijo e hizo fue en obediencia a esa orden con el fin de cumplirla: darnos esa vida.

No tengas temor de pedir a Dios el deseo de tu corazón. El lo puso ahí porque te ama y quiere manifestar su grandeza en tu vida y en la vida de la gente alrededor de ti. Esfuérzate por permanecer en Jesús y deja que su palabra permanezca en ti.

Terminamos con Efesios 3:20-21, "Y a aquel que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros, a El sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén."