Más Que Vencedor

El siguiente artículo apareció en la revista "RODEO" en Junio de 1987. Se trató de la historia de un boxeador, pero lo vamos a adaptar a un personaje con que muchos podemos identificarnos para darla un sabor vaquero: un jinete de toros. No obstante, lo importante es ver lo que Cristo Jesús ha hecho por nosotros y quienes somos en él. "Pero en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel (Jesucristo) que nos amó" (Romanos 8:37). ¿Qué significa ser "más que vencedor"? Se pueda explicar por medio de la siguiente historia: Había un jinete de toros llamado Juan. Juan tiene una meta muy importante: ganar el campeonato mundial en el jineteo de toros. Es un reto muy grande pero puede ganar mucho dinero y fama.

Juan se pone a entrenar para que pueda tener la mejor condición física posible. Corre cada mañana, brinca la cuerda, levanta pesas, se somete a una dieta rigurosa y monta ocho toros por día. Medita en el jineteo, sueña con el jineteo, come el jineteo. Todas las fuerzas a ilusiones están puestas en lograr esa meta. Se imagina montando con perfección, haciendo todos los movimientos correctos para vencer al toro, y siempre se ve victorioso. Porque sabe que todo su talento, toda su vida, va a ser puesta a prueba. Después de seis semanas de un entrenamiento intenso y disciplinado, se inscribe en su primer rodeo: Denver, Colorado. Es el primer rodeo grande del invierno. Después, hay otro en Houston, Ft. Worth, El Paso, San Antonio y varios más. No es fácil. Hay golpes, mala suerte, muchas horas de viajar, y mucho tiempo para hacer nada más que esperar. Pero por haberse sometido a esa preparación intensa, va ganando.

Juan sigue el circuito por 10 meses. Pero el tiempo pasa rápidamente porque es toda una carrera para ver quien pueda juntar más dinero antes de Diciembre, el mes de las Finales. Al terminar el año de competencia, Juan se encuentra entra los quince mejores jinetes del año ¡Es uno de los finalistas que competirán en el Rodeo de Finales Nacionales! Juan llega a la sede de las Finales: Las Vegas, Nevada. Diez rondas de los mejores jinetes contra los mejores toros de todos los Estados Unidos. Millones de dólares en premios y todos los jinetes quieren irse de allí el Campeón Mundial. En esta ocasión, Juan recibe la recompensa de su diligencia, disciplina y dedicación. Después de las diez rondas, Juan resulta el ganador. él es el Campeón Mundial. El público lo admira y le aplaude mucho. Las cámeras de televisión están grabando todo el escenario para millones de gente. Le toman muchas fotografías. Le piden autógrafos y le hacen entrevistas. Juan recibe el cheque del premio en miles de dólares y también la hebilla de oro ¡Campeón Mundial! ¡él es el vencedor!

Juan va a casa muy contento por haber obtenido el triunfo. Al verle su esposa lo recibe con un gran abrazo y muchos besos. Juan le entrega el cheque que ganó y ella lo deposita en su bolsa. ¿Pero cómo es eso? Si Juan es el vencedor, entonces ¿por qué ella se queda con el cheque? él hizo todo el trabajo. Lo arriesgó todo. Lo sufrió todo: la pena, los golpes, los fríos, los calores, las horas viajando, a veces pasando hambres, la soledad, viviendo en hoteles mientras ella estaba en su casa bien calientita. ¿Quién es ella? Ella es "más que vencedor". Juan venció y por medio de su victoria ella recibió todos los beneficios del premio y de la gloria que él ganó. ¿Por qué? Porque ella tiene su nombre y es el objeto de su amor. él lo hizo todo para ella.

Así es el significado de Romanos 8:37. Cristo luchó contra las huestes de las tinieblas y las venció para que nosotros tuviéramos los beneficios de su victoria. él es el Vencedor y aquellos que le pertenecen y tienen su Nombre son más que vencedores. El deseo de cada persona es tener éxito y ser un ganador. Nosotros no buscamos el éxito únicamente en la arena de rodeo sino en cada área de nuestra vida: nuestros negocios, vida familiar, estudios, lo que sea. Siempre existe el deseo de salir con éxito. ¿Cómo podemos lograrlo? Jesucristo dice, "Busca primero el reino de Dios y su justicia, y todas las cosas se te añadirán"(Mateo 6:33).

Cristo luchó y ganó el premio más granda de todos: la VIDA ETERNA. La ganó para ti. Es un regalo pero como cualquier regalo, hay que recibirla. Esta es el primer paso de una vida victoriosa. ¿Oyes a Cristo llamando a la puerta de tu corazón? él quiere entregarte esa vida victoriosa. Quiere establecer su reino en tu corazón. Quiere hacerte un ganador en todas las áreas de tu vida. Sin embargo, él es un caballero y prefiere que tú le invites a entrar. Lo puedes hacer diciéndole:

"Jesucristo, te oigo llamando a la puerta de mi corazón. Te abro la puerta y te invito a entrar. Gracias por morir en mi lugar y por pagar toda la deuda de mis pecados y fallas. Mi corazón te pertenece a ti. Te lo entrego. Gracias por darme la vida eterna y por hacerme un hijo de Dios. Ahora quiero vivir mi vida para ti. Guíame por tus sendas. Enséñame el camino que debo seguir. Establece tu reino en mi vida y haz de mí el hombre que quieres que sea. Gracias que por tu amor, ahora soy más que vencedor. Amén."

Si has orado esto como el deseo de tu corazón, ahora perteneces al Señor y él vive en tu corazón. Has nacido de nuevo y has entrado al reino de Dios. Escríbeme acerca de tu decisión de seguir a Jesucristo y te mandaré una Biblia para vaqueros y alguna literatura para ayudarte. Gracias a Dios por medio de Jesucristo, somos ... MÁS QUE VENCEDORES