Estamos estudiando el efecto que tiene la auto-imagen, o cómo se ve uno desde adentro, sobre el desempeño o la actuación del mismo individuo. Tú vas a actuar conforme a la imagen de ti mismo la que traes adentro. Vimos dos ejemplos del Antiguo Testamento: uno para bien y otro para mal.
El ejemplo de mal, que creo que habla de la mayoría de nosotros, fue cuando los Israelitas iban a tomar posesión de su herencia. Allí estaba su tierra prometida, la que fluía leche y miel. Sin embargo había gigantes viviendo ahí y dentro de ciudades amuralladas. En vez de reconocer que su Dios estaba con ellos y tomar posesión de ella, el pueblo dejó que el miedo se enseñoreara de ellos. Los diez espías decían, "...éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos" (Números 13:33). Se fijaban en sí mismos. Se veían según el criterio de este mundo. Actuaban de acuerdo a la imagen que traían adentro. Y perdieron lo que les pertenecía.
El buen ejemplo se trató de David, un joven de unos 17 años, pastor del rebaño de su papá. Un día se fue a visitar a sus hermanos que estaban en el ejército. Ahí, se enteró de que un gigante había estado desafiando al ejército de Israel y todos le tenían gran miedo. Pero David le dijo al rey de Israel en 1 Samuel 17:35-37, "Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo." En vez de fijarse en sí mismo, David se fijó en su Dios. David sabía que Dios estaba con él y salió para enfrentar al gigante. Pero fíjate en lo que pasó cuando el gigante vio a David: "Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo en poco" (versículo 42). Según la opinión del gigante, David no era nada un niño con un palo. Pero a David le valía todo eso. No le importaba la opinión la que el gigante tenía de él. Por que David no se tenía en poco. Tenía una imagen adentro de cómo y quién era.
¿De dónde viene esa imagen? Viene de Dios. Viene a través del nuevo nacimiento y convivir con el Creador. Dios había pintado un cuadro en la manta del corazón de este joven de cómo y quién era en realidad - que todo le era posible porque Dios estaba con él. Y así actuaba. Mira la canción que escribió por sus meditaciones con el Señor: "Dios es el que me ciñe de poder, y quien hace perfecto mi camino; Quien hace mis pies como de ciervas, y me hace estar firme sobre mis alturas; Quien adiestra mis manos para la batalla, para entesar con mis brazos el arco de bronce" (Salmo 18:32-34).
¿Sabes que puedes ser una nueva persona en Cristo Jesús? Puedes permitir que Dios pinte en tu corazón una imagen de la persona que te creó ser. Su deseo es borrar de tu mente toda idea de fracaso, derrota, e inhabilidad, y abrir tus ojos para que veas quien eres en realidad. Mira lo que está escrito acerca de unos hombres que sabían quienes eran, mas bien conocían a su Dios: "¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David (ya lo vimos), así como de Samuel y de los profetas; que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros" (Hebreos 11:32-34).
Dios tenía un reto con los Israelitas: hacer que este pueblo se viera como campeones - no como derrotados, oprimidos, fracasados en la vida a que estaban acostumbrados vivir. Y Dios tiene un reto actual -¡contigo! - y es hacer que tú te veas como un campeón. Pero depende de ti. Tú tienes que decidir si vas a permitir a Dios que haga su obra en ti o no. Ya es tiempo de entregarte a él. Ya no te esperes más.